BÁCULO Y GUÍA PARA MANEJARSE DECENTEMENTE POR LA MITOLOGÍA PENAL CONTEMPORÁNEA

viernes, 8 de octubre de 2010

resucitados


La historia de Shujaa Graham es la historia de muchos condenados a muerte en Estados Unidos. Prejuicios, defensas deficientes, mala suerte… y un terrible error. Shujaa, como otros muchos condenados a muerte en Estados Unidos, fue víctima inocente de un sistema corrompido por la desidia y la pereza, que asume sin sonrojo la posibilidad de equivocaciones tan terribles.



¿Cuánto vale la vida de un hombre?, ¿vale tanto como la vida de toda la humanidad? ¿Y cuál es el coste asumible por la vida de un hombre, culpable o inocente?, ¿la vida del resto de la humanidad?

A los diez años de condena privativa de libertad, un recluso empieza un proceso de despersonalización y alienación difícilmente reversible. Lo normal es que el individuo se desquicie moralmente, pierda cualquier respeto por la autoridad, o por la ley, y pase a subsistir dirigido por la exclusiva motivación de su bombardeada conciencia y sus particulares e irrenunciables apetitos. Shujaa, además, pasó dos años en el corredor de la muerte, y por eso, su vida, su experiencia y su subsistencia, son, además, un milagro.

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