BÁCULO Y GUÍA PARA MANEJARSE DECENTEMENTE POR LA MITOLOGÍA PENAL CONTEMPORÁNEA

miércoles, 3 de noviembre de 2010

pim, pam, pum


Los nuevos gestores de la moral colectiva la emprendieron hace ya unos días con el bueno (o el malo) de Sánchez Dragó, que dice (y se desdice de) haber mantenido relaciones sexuales, hace varios lustros, con dos jóvenes japonesas de catorce años.


Así las cosas, la cuestión debería ser: ¿Se permite o no se permite a los mayores de trece años mantener relaciones sexuales con quien les plazca? Si la respuesta es sí, debería darnos igual la edad de los cohabitantes (un señor de cincuenta con una joven de quince; dos mujeres de cuarenta con un señor de sesenta; un niño de dieciséis con un hombre de cuarenta y cinco...). Y si la respuesta es no, ¿a qué estamos esperando para modificar el Código Penal y elevar hasta la edad que consideremos oportuna el límite legal de madurez?


Pues bien, como en otras muchas cuestiones penales, preferimos no hacer ni una cosa ni la otra. En ausencia de violencia, intimidación, engaño o prevalimiento, y siendo mayores de trece años los intervinientes, nuestro legislador considera ajeno al derecho penal cualquier tipo de relación sexual consentida por las partes… salvo, eso sí, que se trate de tener relaciones sexuales con dinero de por medio (caso en que eleva el límite de edad a los dieciocho años), o que nos encontremos ante relaciones sexuales que puedan perjudicar el desarrollo de la personalidad del menor (caso que yo no entiendo -¿se refiere el legislador a orgías, zoofilia, voyerismo…?- pero en el que, en cualquier caso, también se eleva a dieciocho el límite legal para poder participar en la relación).


El gusto de los mayores por los jóvenes -o de los jóvenes por los mayores-, o de los machos por los machos y las hembras por las hembras, no es, afortunadamente, materia de regulación legal, y su ejercicio, gusto o práctica se deja, lógicamente también, en manos de sus voluntarios protagonistas.


Pero ¿Por qué, entonces, tanto escándalo en este caso?, ¿a qué viene rasgarse las vestiduras? ¿Ignoran los críticos la realidad sexual de nuestros jóvenes y la edad a la que empiezan a mantener relaciones sexuales? ¿Se pretende, tal vez, elevar a categoría legal los individuales criterios morales de los comentaristas? ¿Qué es lo que “parece mal” en el asunto?, ¿qué es lo que no nos gusta? ¿es que, acaso, el catalogar a alguien como malo nos hace mejores a los demás? Desde luego, es más fácil creerse mejor que otro antes que cultivar la propia virtud...


La represión de la libertad individual, buscada a menudo por parte de los menos audaces, o de los menos valientes, o de los más puritanos, o de los más intolerantes, ha sido una constante en el desarrollo legislativo de nuestras normas penales sobre el ejercicio de la sexualidad. Los prejuicios morales, los escrúpulos y los estereotipos, han sido permanentes obstáculos a la hora de consensuar regulaciones progresistas y rigurosas, y no puede decirse que, hoy en día, nuestro Código Penal no sea esclavo de tanta indeseable atadura.


Las reglas neurobiológicas de la atracción son principalmente sexuales, y muy poco, o nada, pueden hacer nuestras leyes para modificar instintos atávicos. Fijemos un mínimo de madurez para consentir (fíjenlo psicólogos, neurólogos y criminólogos), y, después, que sean las propias leyes de la atracción las que imperen. Unos serán seducidos por el dinero, otras por la inteligencia, otros por la belleza… y quizá unas niñas de catorce años por la elocuencia e ingenio de un maduro y escandaloso escritor.

Allá ellos.

3 comentarios:

albatros dijo...

Estos progres que aplican la ley del embudo me dan un poco de asco.
Por un lado quieren el aborto libre, mapas del clítoris, que se puedan tener relaciones sexuales desde los 13 años y que si se quedan embarazadas puedan abortar sin decírselo a sus padres, Zerolo dar por x sobre la mesa de plenos a quien se deje, y demás....Y por otro arremeten contra el bueno o malo de Dragó, por haber dicho que ha hecho el amor con dos japonesas de 14 años hace muchos años, cuando él no era un viejo verde, sino un joven verde como muchos.
Me recuerda a lo del alcalde de Valladolid, que es mayor y su relación sólo oral ( a distancia)con una mayor de edad.
La política es un asco y esto huele a política.

Rafa, tienes que escribir sobre el embarazo de la gitana rumana a los 10 años y sobre quién puede ser el padre.

Albatros.

Juan de Dios de Bailén dijo...

Me parece inaudita la reacción de nuestros legisladores, sobre el “artillero” Sr. Sánchez Dragó, no paran de legislar sobre la libertad sexual absoluta, ya desde los colegios y se escandalizan por las manifestaciones del Sr. Drago, que NO son de Juzgado de Guardia, NO está recogido como delito en nuestro Código Penal, posiblemente SI sea de Juzgado de Guardia la actuación de nuestros legisladores, que si tanto se escandalizan que hacen esperando para cambiar el Código Penal.

Ahhh! Pero por una vez antes de hacerlo, consulten a los estudiosos del comportamiento humano, que son los que saben de ello (psicólogos, neurólogos y criminólogos).

Lo del Sr. Drago, a unos les puede parecer bien y a otros no, ahí está la libertad de pensamiento.

Juan de Dios de Bailén

Mar dijo...

Si no recuerdo mal, en relación al caso Sánchez Dragó nunca se habló de responsabilidad criminal, tan sólo de su moral más que discutible y de su pésimo gusto al entrar a narrar sobre un tema tan delicado.
Las expresiones que utilizó el escritor: "visten como zorritas" o "las muy putas se pusieron a turnarse" o "las delicuentes eran ellas y no yo" resultan de un machismo recalcitrante y son demostrativas de su nula caballerosidad.
Por lo demás, nadie discute la libertad para mantener relaciones sexuales consentidas entre quienes superen la edad que marca la ley.