BÁCULO Y GUÍA PARA MANEJARSE DECENTEMENTE POR LA MITOLOGÍA PENAL CONTEMPORÁNEA

miércoles, 2 de marzo de 2011

usted puede ser un asesino

1 comentario:

David P.L. Criminología dijo...

Bajo mi punto de vista, la visión a la que se presta este psicólogo es bastante débil y no empírica. La razón la podemos observar en el caso de una de las tribus más agresivas de la antigüedad, los yanomanos, los cuales guerreaban continuamente entre sí y fueron estudiados por Marvis Harris. Este antropólogo, como nuestro psicólogo, apoyaba que la violencia era resultado de la competición existente entorno los recursos o fuentes proteínicas cárnicas con sus adversarios, es decir por la supervivencia. Pero a continuación otro ilustre antropólogo Pierre Clastres, desecho esa afirmación, mencionando que los yanomanos vivían en una sociedad de abundancia, como es la selva. Por lo que nosotros al vivir en estas sociedades igualmente, sería insostenible esta afirmación.

A mi parecer, sería más interesante otro camino a seguir, que parte de una concepción negativa del ser humano al nacer, pero que va evolucionando a lo largo de la vida entorno al uso de la violencia. En primer lugar, en nuestra juventud pasamos por un proceso de socialización, en el cual luchamos contra una serie de impulsos agresivos, egoístas, antisociales... pero apoyándonos en la sociedad, vamos evolucionando en el desarrollo de nuestra personalidad y de nuestra autorrealización personal. Esto se lleva a cabo por medio de la adquisición de capacidades cognitivas, delimitando nuestro superyó freudiano (lo que está bien y mal), y fortificando nuestra madurez social, logrando a lo largo del tiempo aumentar la baraja de alternativas o tácticas, que podemos dar uso en nuestras vidas en el caso de enfrentarnos a algún problema. A partir de estas habilidades sociales que favorecen nuestra empatía con el prójimo, vamos a tener un mayor conocimiento de las repercusiones o consecuencias de nuestras acciones, y seremos más conscientes de esos impulsos agresivos que sentimos (como menciona Freud: el impulso de placer contra el principio de realidad), ya que la conducta se asocia al pensamiento y a la emoción, consiguiendo un repertorio mayor de tácticas pro-sociales al servicio de la competición social.

Pero por otra parte, estos impulsos podemos llegar a controlarlos, pero bajo mi punto de vista, como bien mencionaban Nietzsche, George Bataille o Freud, es necesario ir deshaciéndonos de ellos por vías de escape pro-sociales. Esto se debe a que somos similares metafóricamente a una "olla a presión", la cual al acumular más impulsos negativos de los que podemos soportar (impulsos dionisiacos, impulsos de muerte o las pulsiones sexuales), explotamos. Pero hay que tener cuidado con la forma con la que expulsamos esta violencia, ya que al carecer de los primitivos chamanes de la tribus que limitaban la forma de expulsión de la violencia, podemos caer en adicciones, que aumentarían el descontrol de nuestra violencia y obstacularizarían la resolución verdadera de los problemas. Por lo que es necesario llevar a cabo la evacuación de los mismos por vías de escape que no se encuentren fuera de los límites de lo social, como por medio de deporte o incluso por medio de la utilización de una alternativa nunca superflua, como es el conocimiento. Por ende, realmente todos nosotros tenemos estos impulsos dionisiacos que nos empujan al mundo de lo continuo que nos presenta Bataille, por lo que cualquiera puede llegar a ser un asesino, aunque utilizando estas tácticas podremos dar solución al problema, dando algo que morder a la violencia.