BÁCULO Y GUÍA PARA MANEJARSE DECENTEMENTE POR LA MITOLOGÍA PENAL CONTEMPORÁNEA

martes, 26 de mayo de 2009

la parte contratante


Enciendo Radio Nacional y escucho el anuncio de un nuevo programa: "Tolerancia Cero", un espacio para la libertad. Suena paradójico. Después, las noticias hablan de la campaña de la DGT para controlar la velocidad en las vías secundarias y de las subvenciones del Gobierno para reactivar la venta de automóviles, la mayor parte de los cuales puede alcanzar sin problemas los doscientos kilómetros por hora. También suena contradictorio (y un poco improductivo) fabricar vehículos con unas características que está prohibido utilizar. Las iniciativas relacionadas con el tráfico suelen dar que pensar, como aquella campaña para que los jóvenes que salen a alcoholizarse hasta el amanecer sean responsables y establezcan cada noche un conductor que no beba y pueda conducir de vuelta a casa. Diríase que, siempre que uno no conduzca, ponerse ciego de licor a los dieciocho años es una forma respetable de divertirse, o al menos no merecedora de crítica alguna. Pero sí será reprochable hacerlo a los diecisiete, porque quien le venda alcohol a un joven de esa edad es reo de cárcel.

Por debajo de la mayoría de edad, sin embargo, sí pueden y deben venderse todo tipo de anticonceptivos, y aun distribuirse gratuitamente. Los adolescentes deben explorar su propia sexualidad, después de haber elegido libremente entre las distintas opciones de heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad e incluso transexualidad. Han de aprender, y así se estudia en las escuelas, que el sexo no es sucio y no siempre va ligado al amor. Pero bajo ningún concepto deben acudir las chicas a una discoteca en la que se celebre la fiesta de la minifalda. Sus tersas piernas pueden lucirse recogiendo pelotas en un partido de tenis, sujetando sombrillas en la salida de una carrera de fórmula uno, presentándose al concurso de Supermodelo en televisión, promocionando un perfume o anunciado una casa de apuestas en Internet, pero nunca para conseguir pareja en una discoteca y poder así hacer uso del preservativo previamente adquirido, recibido de un educador o entregado por sus responsables padres. Hay que aclarar que la contraparte en la utilización del anticonceptivo debe ser también menor de edad, y no un individuo sucio y libidinoso que, pudiendo consumir libremente alcohol en las discotecas, presenciar el concurso de Supermodelo e incluso atender a los anuncios por palabras que ofrecen jovencitas asiáticas, prefiere buscar novias menores a través de las redes sociales electrónicas. Los responsables padres deben vigilar el uso que sus hijos hacen de la red, de su posible adicción a las drogas y de que no acudan a discotecas en las que haya concursos de minifaldas, si bien jamás han de inmiscuirse en el libre desarrollo de su sexualidad y deben mantenerse al margen en caso de que su hija quede embarazada y se enfrente al dilema de abortar.

Pero, exactamente, ¿qué es lo que está bien y qué es lo que está mal? ¿Hay algún criterio? Porque, caso a caso, la lista completa es larguísima y la legislación, farragosa; a veces, incluso contradictoria.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto es la realidad, y ahora quien le pone el cascabel al gato......

Juan de Dios de Bailen.

Javier dijo...

Pero realmente qué denuncian, un juego de menores como forma de relacionarse consiguiendo con el mismo salvar la moralidad impuesta?.
Esto es de, sobretodo, de imbeciles y politicamente de fascistas perdidos en el rio de la hipocresia.
( no te digo)